Perfil breve
Este fotógrafo británico afincado en Nueva York lleva más de 25 años documentando los trepidantes cambios en las calles de la ciudad. Para clientes como The New York Review of Books y The Guardian, ha fotografiado a estrellas mundiales y capturado momentos históricos como los atentados terroristas del 11 de septiembre.
El estilo distintivo de Penman, su versatilidad y su dedicación al oficio le han valido prestigiosos premios y exposiciones, además de ser nombrado uno de los «52 fotógrafos callejeros más influyentes» junto a leyendas del sector como Henri Cartier-Bresson y Sebastião Salgado. Su primer libro, «STREET», fue estreno número 1 en Amazon en cuanto a fotografía callejera y desde entonces ha sido un éxito de ventas y se expuso en el MOMA de Nueva York.
5 PREGUNTAS A PHIL PENMAN
¿Cómo llegó a utilizar la fotografía como medio de expresión?
Es curioso cómo funciona la vida. Al principio quería ser profesor de educación física y necesitaba una segunda asignatura para mi plan de estudios. Mi padre era fotógrafo y teníamos un cuarto oscuro en casa, así que tenía sentido decantarme por la fotografía. Pronto quedó claro que me gustaba más la fotografía que las ciencias del deporte.
Mi padre me compró mi primera cámara. Una cámara nikkomat de carrete de 35 mm y utilicé un medidor de luz Weston, esta fue la mejor manera de aprender. Quién iba a pensar que años más tarde una cámara me permitiría ver el mundo, conocer a influyentes empresarios como Bill Gates o tomar tazas de té con actores como Christopher Reeve, alias Supermán, y ver las hermosas montañas de Cachemira.
La cámara no solo me permitió ver las cosas de forma diferente, sino que también me permitió experimentar cosas de la vida, de una forma que antes no hubiera sido posible.
Photo: Phil Penman
¿Cuál es su fascinación por el blanco y negro?
Todo empezó en el cuarto oscuro. Es como una enfermedad, una vez contagiado, no hay cura. Captar las imágenes, revelar el carrete y luego ver el resultado final en papel. Cualquier cosa que se haga puede influir en el resultado. Esto era lo bonito.
Entré en el mundo laboral, fotografiando para clientes comerciales y agencias que, principalmente, demandaban encargos en color. Sin embargo, a veces, cuando la pasión se convierte en trabajo, pierde la diversión. Esto es exactamente lo que me pasó a mí.
Para volver a encontrar mi pasión, me compré una Leica. Comencé a editar todo en blanco y negro y esto se convirtió en mi separación del trabajo. Ese detalle fue el que me devolvió el amor por la fotografía.
He descubierto que hago mi mejor trabajo cuando me divierto con él. Así que la mayor parte de mi trabajo es en blanco y negro.
Photo: Phil Penman
¿Cómo ha cambiado la fotografía urbana a lo largo de los años?
No estoy seguro de que lo haya hecho, es lo que hace que salga al mundo popular. No hay duda de que las redes sociales han influido en el trabajo de la gente. Nos encontramos en un momento en que priorizamos el recibir «Likes» a un buen trabajo, que perdure en el tiempo.
Yo soy de la opinión de que, si se es fiel a uno mismo y se hace un trabajo que nos permita mantener la motivación, uno no puede equivocarse demasiado.
¿Qué significa Nueva York para su trabajo? ¿Se imagina trabajando en cualquier otra ciudad?
He tenido la suerte de que la cámara me ha llevado por todo el mundo. Sin embargo, me encontré con que Nueva York me llama desde un punto de vista fotográfico. A pesar de ello, me encanta sacar fotos en París, Roma y Londres, ya que todos tienen su propio ambiente.
Photo: Phil Penman
¿Cómo elige su laboratorio? ¿Tiene algún consejo para encontrar el laboratorio perfecto para sus imágenes impresas?
Una buena impresión es tan importante como la imagen que se toma. No tiene sentido que uno se esfuerce en salir a la calle en condiciones meteorológicas adversas para conseguir la foto perfecta y que dedique tiempo a la edición para luego generar una impresión de mala calidad. Lo que la gente ve es el resultado final.
Es muy importante tener una buena relación con el encargado de la impresión y trabajar juntos para que el resultado final sea perfecto.