El amor por la belleza helada - Entrevista con Isabelle Bacher
Foto: Isabelle Bacher
Está claro que hay lugares más agradables para una sesión de fotos que el Ártico. Sin embargo, los impresionantes resultados de Isabelle Bacher demuestran que merece la pena. «Trabajar donde otros se van de vacaciones», al oír esta frase, seguramente lo que primero viene a la cabeza sea un paraíso tropical o una de las grandes metrópolis. Pero Isabelle Bacher piensa de forma diferente. Para ella, el motivo perfecto tiene picos cubiertos de nieve y una temperatura que plantea grandes retos para el cuerpo y la tecnología. Isabelle Bacher es una fotógrafa austríaca de paisajes, arquitectura, productos y retratos, ganadora de varios premios, y embajadora de WhiteWall.
Isabelle Bacher - Foto: Cecilia Anderson
El hielo, la luz, las montañas: todos ellos son factores que fascinan a Isabelle Bacher. Tanto es así que esta arquitecta de formación, con raíces noruegas, lleva ya 5 años viviendo en el Ártico y dedicando su tiempo a capturar la belleza del frío paisaje bajo el sol de medianoche de Noruega.
Foto: Isabelle Bacher - Spitsbergen
«El clima es el mayor desafío en el Ártico», afirma Isabelle Bacher. A estas temperaturas, ya no se puede confiar en la tecnología. La cámara no se puede desembalar hasta el último momento y debe mantenerse siempre cerca del cuerpo para que se caliente un poco con la temperatura corporal. Llevo mis baterías pegadas directamente al cuerpo con cinta adhesiva. En este contexto, tengo que centrarme completamente en mi objetivo, ya que la ventana de tiempo en la que la luz, el clima y la cámara presentan una condición favorable es muy limitada. Y siempre hay que estar preparado para cualquier avería. Las baterías se agotan con especial rapidez a estas temperaturas. Porque, a pesar de todas las precauciones, la tecnología de alta calidad (Nikon D850), el frío y la humedad no forman una combinación sostenible a largo plazo. Por eso siempre lleva también una cámara analógica de formato medio por si acaso.
Sra. Bacher, en realidad es usted arquitecta. Hoy es una fotógrafa galardonada en varias ocasiones. ¿Cómo surgió este cambio de carrera profesional?
«En realidad no he cambiado. Me apasiona la fotografía desde que mi padre me regaló una Nikon cuando tenía 12 años. Mi cámara me acompañó a todos los lados desde entonces. Primero una analógica, después digital. Pero los paisajes vírgenes siempre me han inspirado».
Foto: Isabelle Bacher
Está claro que el equipo a prueba de invierno y una buena cámara son imprescindibles, pero ¿qué más hay que llevar a las sesiones en el Ártico?
«Me paso la mayor parte del tiempo conduciendo de un sitio a otro para encontrar el lugar adecuado. A veces, esto puede llevar varias semanas, porque no basta con un buen motivo, también necesitas que la naturaleza haga su parte. Hay casos que justo cuando quieres empezar aparece un nubarrón enorme, es muy frustrante. Por eso siempre hay que tener un «plan B», como un lugar alternativo o un sitio que ofrezca refugio a corto plazo. También hay que saber lidiar con la soledad, ya que los mejores lugares suelen encontrarse en zonas despobladas. Los problemas técnicos, el clima o la propia salud: hay que gestionar todo esto uno solo. Pero cada día recibo una nueva recompensa por ello. Los impresionantes cambios de luz en el Ártico, el silencio, el aire limpio y, en general, los cambios que experimenta la montaña siguen acelerando mi corazón de emoción.»
¿Qué es lo que convierte el trabajo en el Ártico en algo tan especial?
«Se aprende mucho sobre uno mismo. Sobre todo, a prestar atención. La observación consciente. ¿Qué está ocurriendo ahora mismo? ¿Qué pasa a mi alrededor? Cada detalle puede marcar la diferencia entre una buena foto y una foto impresionante. Por eso me tomo el tiempo necesario y pienso en lo que quiero capturar exactamente, lo que queda bien y causa efecto. Pero para que todo esto funcione, lo más importante es una buena planificación y preparación. La responsable de mí misma y el equipo soy yo, y si buscas zonas vírgenes de la naturaleza, tienes que contar con cualquier cosa. Al principio, experimenté mucho con pantalones de plumón y monos de cuerpo entero para estar perfectamente preparada. En exposiciones largas, protejo mi cámara con la chaqueta y ahora ya sé que cuando me salen puntitos blancos en la cara, es que me estoy helando. Toda esta información la fui consiguiendo a lo largo de los años, y no dejo de hacer nuevos hallazgos».
Foto: Isabelle Bacher - Aurora
¿Por qué imprime sus trabajos con WhiteWall?
«Invierto mucho tiempo, amor y también dinero en mi trabajo. Por lo tanto, es muy importante para mí que la calidad de la impresión y el material reflejen este esfuerzo. Al final, lo que cuenta para mí como fotógrafa es la calidad del producto final. Las imágenes para las exposiciones o los clientes deben tener un color perfecto. El material impreso debe estar en armonía con el carácter de la imagen. En la fotografía, la luz es una prioridad absoluta y es igual de importante no perder esa calidad en la impresión».
Foto: Isabelle Bacher
¿Cómo se logra la foto perfecta?
«Si hubiera una fórmula para lograrlo, ya sería millonaria (risas). Pero sí hay algunos factores que se deben tener en cuenta. En primer lugar, hay que tomarse el tiempo necesario para conocer el lugar para aportar calma a la imagen. Quiero captar un momento natural y no una instantánea, eso requiere una idea y un concepto. Así se puede lograr una foto perfecta, pero cada fotógrafo/a tiene sus propias ideas y preferencias».
¿Qué le ha aportado la larga estancia en el Ártico?
«La observación consciente, mirando muy de cerca lo que ves y lo que ocurre a tu alrededor. La atención plena. También me he dado cuenta de que la soledad me viene bien y me da tiempo para pensar conscientemente en lo que quiero mostrar y cómo quiero mostrarlo. El aire fresco, el descanso de la vida cotidiana y la naturaleza siempre me aportan nueva energía e inspiración».
Cuando Isabelle Bacher habla de su trabajo, se le nota su pasión. No solo ha encontrado el trabajo de sus sueños, sino que, además, se le da increíblemente bien. Así lo confirman también las consultas que le hacen los galeristas de todo el mundo. Sus fotografías se han publicado en National Geographic, Times y Terra Mater. En 2018, fue galardonada con el prestigioso Sony World Photography Award. Por eso nos alegramos de haber conseguido a Isabelle Bacher como embajadora de WhiteWall hace unos años.
Como fotógrafa, uno de los factores determinantes es la calidad del producto final. Las imágenes en las exposiciones y para los clientes deben encajar perfectamente en términos de color, el material impreso o el papel Fine-Art debe estar en armonía con el carácter de la imagen y el producto debe ser de alta calidad y lograr un buen efecto o funcionar permanentemente.
WhiteWall cumple todos mis requisitos. Las fotos salen exactamente como espero. Además, el servicio siempre funciona a la perfección, gracias a su alcance global.
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Me gusta encargar mis fotos sobre papel Hahnemühle Photo Rag Fine Art con marco de roble negro y cristal de museo antirreflectante. También me parecen muy elegantes las fotografías de arquitectura en aluminio cepillado con acabado Butlerfinish.
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